viernes, 28 de octubre de 2011

Septiembre



Nos adentramos en el poder de la lujuria con tan sólo acercarnos estallando en sensaciones inimaginables, hambrientos el uno del otro, colmados de inusitada química.
Enlazamos nuestros cuerpos hasta hacerlos siameses,
rozándolos placenteramente proyectando armonía a la vista,
saboreando la extrema atracción.
Y nos fundimos en miradas que dejan intuir el éxtasis en cada balanceo sexual, sobre pasando los límites de la pasión carnal.
Inspiramos y expiramos, la creciente sudoración deja fácil penetración y las mentes no piensan, solo se dejan llevar.
Deseo que supera toda primitiva necesidad y obsesiona en cada beso, cópula, sin necesidad de hablar.
Acercándonos a la peligrosidad de un trance orgiástico que cada segundo nos pide más
.



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